El nuevo parque urbano de la ciudad se ubica en el barrio de Sants, sobre las vías que comparten el tren y de la línea 1 de metro. Conocidos popularmente como “El Calaix”, los bautizados como Jardines de la Rambla de Sants es la obra de paisajismo de mayor envergadura, en Barcelona, desde la época de El Fòrum.
Este parque, de los arquitectos Sergi Godia, Ana Molino y J.A. Acebillo, con su razonable parecido al conocido High Line Park de Nueva York, por el entorno ferroviario en que se ubica y por su posición elevada respecto a la trama urbana, pretende ser reconocido como un ejemplo de buenas prácticas tanto en los procesos de regeneración urbana como en la aplicación de los criterios de jardinería sostenible.
En el pasado, las vías discurrían en superficie, a nivel de calle, en un tramo de más de 800 metros desde la calle de Sants hasta el término municipal de L'Hospitalet de Llobregat. Este eje ferroviario generaba una brecha en la conectividad urbana entre el norte y el sur del barrio de la conocida estación de tren. Para subsanar este hecho y permitir enlazar la trama urbana a ambos lados de las vías, se decidió construir una cubierta de hormigón de entre 10 y 14 metros de altura a lo largo de este tramo, para tapar las vías, creando una zona ajardinada y de uso recreativo de más de 2 hectáreas, que además de los espacios ajardinados cuenta con zonas infantiles y diversas estructuras que soportan placas fotovoltaicas que sirven para dar luz y sombra.
El proceso de urbanización de este espacio se inició en el año 2012, una vez finalizada la construcción del cajón que cubre las vías y los pasos inferiores que conectan ambos lados. La segunda fase de la obra consistió en la creación del parque en la cubierta y la urbanización de los espacios inferiores.
El diseño vegetal de la cubierta ajardinada diferencia el recorrido por el lado mar y por el lado montaña, a través de diferentes especies, texturas y combinaciones cromáticas. Se han plantado diversas variedades de árboles, con predominio de tipuanas, sóforas y jaboneros de la China. Y de forma más puntual se han plantados falsos pimenteros y eritrinas. También se ha dispuesto una señalización pedagógica sobre las diferentes especies presentes a lo largo del parque.
En total, al final de la obra, se han plantado más de 160 árboles, 665 metros lineales de plantas trepadoras y unas 85.000 unidades de plantas arbustivas y tapizantes. Entre las diversas especies vegetales del parque destacan muchas de las plantas de jardinería sostenible cultivadas en los Viveros Sala Graupera.
En el primer tramo de este nuevo parque podemos destacar el Bulbine frutescens asociado con la Rosa 'Bet Figueras' que captan la atención de los visitantes con sus variados tonos de amarillo presentes a lo largo de casi todo el año, y ubicados cerca de agrupaciones de plantas de color verde glauco, contrastan con los Teucrium fruticans 'Azureum' acompañados por lavandas y santolinas.
En el tramo intermedio destaca la Lantana montevidensis, utilizada para cubrir unos parterres rectangulares, con esta especie tapizante, entre las pérgolas de acero corten y vidrio.
Mientras que en el último tramo, además de algunas especies como el Dietes grandiflora, las salvias o la Abelia x grandiflora 'Prostrata', llegando a L'Hospitalet de Llobregat, en la zona del Mirador de las Vías, se ha vertebrado un espacio llamado el "Jardín didáctico" donde se muestra una selección de las plantas naturales que existían en la llanura de la ciudad, previa a la urbanización del Ensanche, como las jaras, el cerrillo, el durillo o el madroño, organizados en parterres más bajos y cruzados por caminos pavimentados con bolos de río.
Imágenes: M. Galante
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