Si entráis en la cuenta de Instagram de Bioacció (Instagram.com/bioaccio/) enseguida os haréis una idea de quien es Judith Meseguer. En ella conviven imágenes de viajes acompañando a productores de planta, primeros planos de pequeños insectos que a veces causan problemas y otras los solucionan y algún pastel de aniversario con un inmenso “Per molts anys, mama” (Por muchos años, mamá)
Judith Meseguer, Técnica Agrícola por la Universidad de Girona, creó Bioacció hace poco más de cinco años -aunque con más de quince de experiencia en el sector- con un objetivo primordial en mente: ayudar a los agricultores en la búsqueda de soluciones a los problemas de sanidad vegetal que les surgen a diario. Y hacerlo con el mayor respeto por el entorno, es decir, aprovechando al máximo todos los recursos de que se dispone intentando que afecten lo menos posible. Hace algo más de tres años que colabora con SalaGraupera y en este tiempo ha conseguido -aun siendo un partner externo a la compañía- formar parte activa del equipo que lleva las riendas de la empresa en términos de cultivo. Su Trabajo en SalaGraupera es clave, ya que se ocupa del control del cultivo, del plantel y de la erradicación de plagas. Todo un reto.
De pequeña no quería ser Técnica Agrícola -posiblemente porque no sabía ni qué era eso- pero sí quería ayudar: “Me había planteado dedicarme a la asistencia social, a ayudar a la gente” y puede que no lo esté haciendo de una forma, pero seguro que lo hace de otra.
Es declaradamente positiva. A pesar de saber que cultivar (ella lo llama hacer crecer una planta) es una tarea difícil, opta por buscar la parte más favorable, encontrar soluciones para que sea un trabajo menos dificultoso y más rentable, tanto en términos personales como económicos y empresariales. Es por ello que incluso se implica en el intento de aconsejar en otros ámbitos que van más allá del cultivo. La comercialización o la comunicación también son aspectos de los que poder hablar con Judith Meseguer. En estos dos últimos años, marcados por la pandemia, por el descenso del consumo, por la disminución de la movilidad... ella ha intentado estar siempre al pie del cañón con sus consejos, sus análisis y su apoyo tanto técnico como empresarial.
Judith, como erróneamente se podría pensar, no está en contra de la utilización de químicos en el proceso de cultivo. Lo que hace falta es hacer un buen uso de ellos, afirma. “Su erradicación es inviable si lo que queremos es obtener rendimiento del trabajo que hacemos. Hoy por hoy existen problemas para los que no hay otra solución que no pase por el uso de productos químicos”. Seguramente por ello prevé que nos espera un futuro ciertamente complejo, ya que el objetivo de haber reducido el uso de fitosanitarios en un 50% el 2026 no será fácil. Así, deja una pregunta en el aire: ¿hay alternativas reales? A pesar de la duda, cree que el camino en el que nos hallamos es acertado, ya que estamos yendo hacia un mayor equilibrio entre el respeto por el entorno y los métodos para controlar los problemas derivados del cultivo. En este sentido destaca el trabajo de los nuevos cultivadores. Tienen la mente más abierta, nos dice, y se atreven a trabajar con menos pesticidas o a incorporar actuaciones con plantes reservorias. Echa de menos más gente (profesionales, urbanistas, arquitectos o particulares) que quieran implantar más verde en la calle. “Cuesta integrar el verde en el urbanismo”.
Judith nos confiesa que ser mujer en el entorno profesional en el que se mueve no siempre ha sido fácil, que siempre hace falta demostrar un poco más que lo que se le exige a un hombre, pero que cuando se estabiliza una relación profesional “la confianza es extrema y te sientes muy querida y valorada”. Y justo entonces es cuando el Trabajo es más provechoso, cuando más que colaboradora se convierte en parte de la empresa para la que está trabajando.
El suyo es un Trabajo de frontera. Tratar de jugar en los límites: lo menos posible de químicos y lo más posible de biológicos para conseguir el máximo retorno con el mínimo riesgo. No es una ecuación fácil, pero Judith la vive con tranquilidad y plena consciencia: “La erradicación de químicos es inviable si el objetivo es obtener rendimiento del cultivo. Los hemos de considerar aliados”, pero es preciso compatibilizarlos con otros elementos -los biológicos- que nos aporten equilibrio. Y lo dice con toda la claridad, sin tapujos, con la transparencia de quien sabe que tiene en sus manos una parte del éxito de otros, pero con toda la intensidad de quien afirma que “cuando muere una planta queda un vacío” que ella, con su tarea diaria ayuda a llenar con creces.

Cuestionario breve
Una planta: El Hibiscus
Un animalillo: el gato
Un jardín público: la Devesa (Girona)
Un paisaje: el Montgrí
Un país: Catalunya
Una ciudad: Girona
Una persona: mi marido
Un libro: Ana Frank
Una música: Tina Turner
Un rasgo característico: la honestidad