En estas fechas en las que el calor hace acto de presencia y la búsqueda de lugares resguardados de la incidencia del sol en los espacios verdes se vuelve una prioridad, retomamos el post anterior sobre las nuevas plantas de sombra que se cultivan en el Vivero. Como todas las especies que se producen en él, son plantas de bajo mantenimiento para una jardinería sostenible. Aunque estas plantas de sombra acostumbran a tener unas necesidades hídricas algo superiores, pero nos ayudarán a resolver las zonas más sombrías del jardín.

Una de estas es la Pachysandra terminalis o “diamante” como se conoce comúnmente, es una planta originaria de Japón y China, que pertenece a la familia de las Buxaceae. Su nombre científico proviene de los prefijos griegos pachy (grande) y andro (masculino), que hacen referencia a los cuatro grandes estambres de sus flores.

 

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Es una planta de porte compacto con tallos horizontales y cortas brotaciones verticales. Sus hojas son perennes, algo coriáceas y se agrupan en los ápices. En pleno desarrollo alcanza unos 20-30 cm de altura y 30-40 cm de anchura. La floración tiene lugar entre los meses de abril y mayo, con pequeñas flores en forma de espigas en los individuos femeninos y con importantes estambres blancos en los individuos masculinos.

La Pachysandra es una planta de sombra que no tiene particulares exigencias en cuanto a la tipología de suelo, con excepción de suelos muy áridos y aunque tolera una cierta falta de agua, es recomendable regarla de manera ocasional. Es tolerante a las bajas temperaturas, pudiendo soportar heladas de hasta -15ºC. Y no tiene tendencia a sufrir plagas o enfermedades, aunque a veces puede ser atacada por babosas, caracoles o ácaros.

 

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Respecto las necesidades de mantenimiento, es una especie que no necesita ser podada, pero si se expande demasiado o envejece el follaje se puede cortar a unos 5-10cm de altura al final del invierno. En grandes superficies esta tarea se puede realizar incluso con un cortacésped, ya que es una planta muy resistente y rebrota con fuerza.

Se recomienda su uso para cubrir taludes, crear bordes en parterres de flores o como tapizante en jardines informales. Es muy útil para tapizar en zonas de sombra intensa como rincones umbríos o debajo de árboles de copa densa. También se puede cultivar en macetas y es una especie muy recomendable para utilizar en jardines verticales.

  

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En el catálogo de Sala Graupera también podemos encontrar otro cultivar, la  Pachysandra terminalis ‘Variegata’, que se caracteriza por tener los márgenes de las hojas de color crema y su crecimiento algo más lento.

 

 

Imágenes: blogs.windsorstar.com / thegardenhelper.com / astridsgardendesign.blogspot.com / canadaplants.ca