En el nuevo catálogo de Sala Graupera, que os presentamos en este post anterior, otra de las novedades que queremos destacar es la presencia de plantas de plena sombra, y que siguiendo los criterios que caracterizan el vivero, son especies de bajo mantenimiento para una jardinería sostenible, aunque acostumbran a tener unas necesidades hídricas algo superiores, nos ayudarán a resolver las zonas más umbrías del jardín.

En esta ocasión os presentamos una de estas especies, el Farfugium japonicum, denominada anteriormente Ligularia tussilaginea, comúnmente se conoce con el nombre de “boina de vasco” que hace referencia a la típica forma redondeada de sus hojas. Es una planta de la familia de las Asteraceae, nativa de los acantilados rocosos de Japón, Corea y Taiwán.

Es una especie rizomatosa de porte compacto. Sus hojas, que se sostienen sobre un largo peciolo que sale desde la base, son perennes, simples y redondeadas. En pleno desarrollo puede alcanzar unos 50-60cm, tanto en altura como en anchura.

 

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La floración se produce entre los meses de junio y julio, con unas pequeñas flores compuestas, de color amarillo brillante, similares a las margaritas, que agrupadas en racimos que se alzan llamativamente sobre unas varas por encima de la masa foliar.

Tiene una resistencia moderada al frío hibernal, tolerando temperaturas de hasta -8ºC. En los climas con inviernos más rigurosos se puede cultivar, pero es conveniente añadir una capa de acolchado durante el invierno o plantarla en sitios bien resguardada de los vientos fríos propios de esta época.

Respecto el mantenimiento, es una planta que no necesita ser podada de manera regular, simplemente es necesario eliminar las hojas que se puedan ir marchitando, así como eliminar las varas florales una vez finalizada esta. Es recomendable regarla de manera ocasional y en los climas cálidos no hay que olvidar proporcionarle la humedad adecuada en los meses más secos para minimizar el marchitamiento de las hojas.

Es una especie que no presenta tendencia a sufrir enfermedades aunque puede ser atacada por babosas y caracoles. Crece bien en todo tipo de suelos, aunque vegeta mejor en suelos fértiles y frescos.

 

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En el nuevo catálogo también podemos encontrar el cultivar Farfugium japonicum ‘Aureomaculata’ que comúnmente se denomina “planta leopardo” y que se caracteriza por tener las hojas de mayor tamaño, de color verde brillante jaspeadas en amarillo y ligeramente carnosas, así como flores que alcanzan una mayor altura.

Ambas son plantas que se puede ubicar en las zonas sombrías del jardín, debajo de áreas arboladas y en patios o pequeños jardines, ya que también se puede cultivar en maceta.

 

En el próximo post os presentaremos otra planta de sombra, también originaria de Japón, que además se adapta muy bien para su uso en jardinería vertical, la Pachysandra terminalis.

 

 

Imágenes: tokyosnapphoto.blogspot.com / commons.wikimedia.org / labolsagris.blogspot.com