Convolvulus sabatius es un arbusto de porte rastrero de la familia de las Convolvulaceae, procedente del Norte de África. También era conocida anteriormente bajo el nombre de Convolvulus mauritanicus
Se trata de un arbusto perenne, más ancho que alto, llegando a los 15/20 centímetros de alto por 60/80 centímetros de ancho.
Sus hojas ovales y pequeñas de un color verde grisáceo se asientan en tallos delgados que pueden llegar a ser colgantes si el lugar lo permite. Sus flores son acampanadas y de color azul violáceo. La floración se presenta a finales de primavera y hasta bien entrado el verano, siendo muy numerosa y vistosa.
Imagen de Convolvulus sabatius; Fuente: nativeson.typepad.com
Es una especie perteneciente a la zona climática de resistencia número 8, con un rango de temperatura media mínima anual de -12,2 / -6,7⁰C. Resistente a heladas moderadas dentro de los intervalos del clima mediterráneo.
Sus necesidades hídricas son muy bajas, especialmente una vez está bien enraizada, pudiendo soportar largos periodos de sequía y un solo riego durante verano. Es importante recordar que las primeras 10 -12 semanas después de la plantación es necesario el riego de implantación para poder garantizar un buen enraizamiento de la misma.
Convolvulus sabatius prefiere estar ubicada a pleno sol, siendo apta por tanto en jardines sostenibles soleados o en praderas soleadas del litoral, dado que también es una especie resistente a la salinidad y a la brisa marina.
En relación al tipo de suelo que le es más apto, es preferible un suelo neutro o ligeramente silícico, aunque puede crecer bien en suelos calcáreos; a condición que todos ellos estén bien drenados. Es sin duda una especie muy apta para rocallas y suelos pedregosos.
Es una especie muy interesante para ser plantada sola o junto a otras especies arbustivas de porte bajo, formando recubrimientos del suelo. Su porte colgante la puede hacer interesante para crecer en muros o paredes y favorecer, así, su porte colgante.
Imagen de Convolvulus sabatius; Fuente: plants.gardensupplyco.com
Como principales cuidados es recomendable realizar una leve poda pasada la floración para rejuvenecer la parte aérea de la planta y vigilar las posibles plagas como pulgones. También es posible podar a finales de invierno para preservar la forma y evitar la lignificación de los tallos.
Se trata de una planta muy recomendable, que des de Viveros Sala Graupera os animamos a probar.