El pasado mes de octubre, el mediático jardinero y presentador de la BBC, Monty Don hablaba en un artículo de The Telegraph sobre la necesidad de disponer de terrenos para fomentar el interés por las plantas en las próximas generaciones, que serán el futuro de la profesión y del sector. Hacía mención a la necesidad de disponer de tierras para poder cultivar, experimentar y disfrutar con la vegetación. Ya que comenta, que en Reino Unido actualmente, no hay suficiente gente joven trabajando en la jardinería y es necesario que los jóvenes se sientan interesados por esta profesión. Y como dice Don, a ningún joven adolescente le va a resultar interesante la jardinería solamente a base de leer libros y aprender nombres en latín.

Quizás las macetas sean una alternativa sencilla y además muy vinculada con la jardinería mediterránea tradicional, donde estas han sido un elemento recurrente en la composición de los jardines. Por ello, en esta ocasión, os queremos presentar una planta muy agradecida en cuanto floración y facilidad de cuidados, que además se adapta muy bien al cultivo en maceta. Para que, aunque sea a una escala menor, a través de las macetas, poder experimentar la horticultura y fomentar el interés por el verde.

 

Una planta con estas características que se puede encontrar actualmente en el Vivero es la Boronia crenulata, que es un pequeño arbusto perenne originario de la parte occidental de Australia, pertenece a la familia de las Rutaceae y su nombre hace referencia a un explorador italiano que acompaño las expediciones a Australia en el siglo XVIII.

Es una planta compacta y de porte redondeado, aunque ligeramente abierto y despuntado. En pleno desarrollo alcanza unos 60cm de altura y unos 80cm de anchura. Sus pequeñas flores, formadas por cuatro pétalos de color rosado, son olorosas, y su floración que es muy profusa se extiende, prácticamente, a lo largo de todo el año.

 

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Le gusta estar ubicada bajo una sombra ligera y en un lugar resguardado, pero también puede estar a media sombra, aunque su floración se verá algo mermada, o a pleno sol donde el riego requerirá una mayor atención.

Prefiere vegetar en suelos fértiles, ligeros y con una cierto grado de humedad. No le gustan los suelos muy calizos, aunque tiene una cierta tolerancia a ellos e incluso pude tener un buen desarrollo en suelos arcillosos. Tiene una tasa de crecimiento media y sus requerimientos hídricos son moderados, aunque conviene no dejar secar el sustrato durante períodos prolongados, sobre todo el primer año de plantación o si está cultivada en maceta.

Las necesidades de mantenimiento son bajas y resulta una planta fácil de cultivar. Pero si se quiere conservar su porte compacto, serán necesarias podas de pinzamiento frecuentes y una poda más intensa a finales de invierno o a principios de primavera.

Su resistencia a las heladas es moderada, soportando temperaturas de hasta -6ºC. Aunque si las raíces están bien protegidas, como por una capa de acolchado, tiene capacidad para rebrotar una vez pasados los fríos más intensos. Es una especie muy resistente a las plagas y enfermedades, aunque ocasionalmente puede presentar algún problema de ácaros.

Como es un arbusto de tamaño pequeño se considera una planta muy adecuada para cultivar en maceta, pero también puede utilizarse como bordura en parterres. Y sus ramas son habituales en composiciones florales.

 

En Sala Graupera, además de esta especie también podemos encontrar otras Boronias de interesantes características como:

Boronia heterophylla

Boronia spathulata