Enlazando con el post anterior, titulado cambio de paradigma en el jardín, el pasado mes de septiembre, tuvo lugar en la Ribeira Sacra (Ourense) un taller con el reconocido paisajista francés Gilles Clément. Uno de los objetivos del taller era generar diversas propuestas para la dinamización socio-económica del lugar.

En este enclave montañoso, la recuperación del cultivo tradicional de la viña sobre sus escarpadas laderas, que configura y caracteriza este paisaje, ya ha dado lugar a una importante dinamización de la vida local. Para complementar este tipo de dinámica, alguna de las ideas presentadas proponían potenciar la apicultura, iniciada ya en la zona por algunas pequeñas iniciativas particulares, como complento de la actividad vinícola.

Para la cría de las abejas, es necesaria la presencia de plantas melíferas, muy abundantes en este entorno natural y representadas por variadas especies, que dan lugar una miel singular y de calidad. Pero para cultivar, en nuestros jardines y zonas verdes, plantas que favorezcan la presencia de polinizadores y aumenten la biodiversidad en nuestro entorno inmediato, en los Viveros Sala Graupera, podemos encontrar diversas especies con estas características, una de ellas es el  Stachys byzantina

Esta, es una herbácea perenne, originaria de la región del Cáucaso, que se conoce comúnmente como oreja de liebre. Se estructura en forma de mata compacta y de poca altura, con un comportamiento tapizante. En pleno desarrollo alcanza una altura de unos 30 cm y unos 50 cm de ancho.

El follaje de esta planta es muy singular, de color plateado y textura aterciopelada, que es la característica que da lugar a su nombre común.

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Florece en verano, en los meses de junio y julio. Sus flores de color magenta rosado, aparecen ligeramente escondidas entre el fieltro de los tallos florales, en cambio las estructuras florales tienen mucha presencia, ya que despuntan por encima del follaje llegando a alcanzar una altura de 70cm.

No requiere podas, aunque si conviene eliminar las hojas secas que puedan ir apareciendo en la zona basal para conservar su buen aspecto. También puede resultar conveniente eliminar pronto las inflorescencias si se quiere potenciar un hábito de crecimiento especialmente compacto.

Les gustan los ambientes secos y los suelos con poca fertilidad y bien drenados. Por lo que, excepto si es cultivada en macetas, no necesita ser abonada. Es resistente a las bajas temperaturas, soportando heladas moderadas de hasta -15ºC, aunque inviernos muy rigurosos le pueden hacer perder parte del follaje, que recuperará sin problemas en la siguiente primavera.

Es muy resistente a las plagas y enfermedades, si se cultiva en las condiciones correctas, ya que lugares con excesiva humedad pueden provocar la aparición de algunos problemas. Por lo que se debe evitar regarla en exceso.

Es una especie con un crecimiento medio, requiere pocos cuidados y es fácil de cultivar. Debe ubicarse preferentemente en un lugar soleado y una vez implantada es muy resistente a la falta de agua.

Por sus características es una planta ideal para utilizar en la jardinería sostenible, con bajos requerimientos hídricos y muy poco mantenimiento, así como en espacios de aspecto naturalizado o en jardines de rocalla. También puede ser cultivada en macetas.